-Mira Selvio, o como te llames, creo que ya es tiempo de hablar y de que aclaremos unas cosas-
Me dijo el Chef con el que la pasaba bien en esos días, con su voz mas ronca y su acento chistoso, hacía calor y estábamos por echarnos unas cervezas en aquel bar de Costa Mesa, cerca de su departamento.
-La neta es que yo no soy como tú, a mí no me gustan tanto los hombres, ya se que te he estado culeando en estas dos semanas, pero mira, desde el día que nos conocimos en el gimnasio, pues... yo andaba bien caliente, no había tenido novia y la neta es que tú tienes unas nalgas bien grandes, blancas y redondas, además, cuando te agachaste con quien sabe qué pinches intenciones frente a mí, dizque pa'levantar la toalla que se te había caido, se te abrió el culito; apretadito y rosa ¡carajo! pues uno es macho, por eso te seguí hasta allá, al cuarto de vapor, donde te la dejé caer a la carrera, con un poco de miedo de que nos fueran a ver...
Hasta te la tuve que sacar dos o tres veces mientras pasaban unos muchachos y disimulamos hasta que se fueron para seguirte cogiendo...
Pero mira, mi chava ya regresó y quiero volver con ella y no creo que esté bien que te quite tu tiempo, tu puedes ser feliz con alguien como tú... no te molestes... you are a cool guy...-
No sé si lo escuché a él o a las cervezas pero ya no lo he vuelto a ver y quiero pensar que es por que no lo he buscado...
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