Los detalles que rodearon el evento son irrelevantes para este relato, lo importante es que lo ví acercarse, son una sonrisa un tanto retorcida, como diciéndome "no te la vas a acabar"...
Me senté en cuclillas en un rincón oscuro del lugar de los encuentros, mi rostro quedó convenientemente a la misma altura de los botones de la bragueta de sus jeans, el manjar se veía abultado, el hombre se desabotonó aquello y me ofreció su parte, un poco inchada, con ese embriagante aroma de sudor y de lujuria, yo le acaricie lo largo y lo sostuve por los testículos para llevármelo a la boca...
Mi lengua lo recorrió desde la punta hasta la raiz, luego abrí y lo dejé entrar, lo apreté con mis labios, mi lengua fue la alfombra roja por la que se desplazó hasta el fondo, hasta mi garganta, lo gocé entrando y saliendo, mi lengua era como su pareja de baile y bien acoplados danzaron dentro de mi boca...
Largos minutos hasta que en un estertor y no se porque razón desperté abruptamente, con un poco de baba en mis mejillas...
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